Los grifos son fundamentales como redes contra incendios, encontrándose en distintas calles de nuestro país. Pero, los famosos hidrantes o bocas de incendios, por muchos años tuvieron distintas apariencias y colores, algo que se ha mantenido en el tiempo, existiendo actualmente en distintos modelos.
De este modo, al retrocedernos a principios del siglo XX, en las calles del centro de Santiago se encontraban los antiguos grifos de cuneta, los cuales se ubicaban a ras de piso. Esta importante pieza para la extinción de incendios se conectaba con las columnas aéreas, una herramienta que generaba dos salidas de agua. Así, al momento de ser operado en una emergencia por los bomberos, se levantaba la tapa del grifo, con el fin de abrirlo y atornillar la columna aérea, consiguiendo así poder sacar el agua y extinguir el fuego. Pero, debido al constante crecimiento urbano en la capital, los grifos de cuneta fueron reemplazados durante los años 70, por los actuales grifos amarillos de columnas.
En relación con el objeto del mes de mayo, fue una donación de Aguas Andinas al Museo de Bomberos de Santiago. Es una pieza hecha de fierro, su base es circular y posee una bola -rodamiento- en el centro, que regula el paso del agua. En su parte superior, tiene una tapa y conector circular central.